La garantía de los productos, la calidad y la rapidez en la entrega y en los procesos de devolución son esenciales para el buen funcionamiento del comercio electrónico. De estos factores depende ganarse la confianza de los consumidores y, precisamente por ello, es importante que los profesionales del sector cuenten con un almacén e-commerce que les permita servir los pedidos de la forma más eficiente posible.
¿Qué diferencia a un almacén destinado al comercio electrónico de otros espacios logísticos y cómo es su funcionamiento? Veámoslo a continuación con más detalle.
¿Qué es un almacén e-commerce?
La logística es la piedra angular sobre la que se sostiene el comercio electrónico. Cuando un cliente hace un pedido, este debe ser preparado y despachado en el menor tiempo posible, lo que requiere una operativa muy ágil.
El almacén e-commerce es la instalación en la que se llevan a cabo estas operaciones. Un lugar en el que está guardado el inventario y en el que se preparan los diferentes pedidos que luego serán puestos en ruta hacia su destino final.
Son espacios de almacenamiento diseñados para manejar grandes volúmenes de productos y para optimizar la logística de almacenamiento, la gestión del inventario y el envío, con el fin de conseguir que la experiencia del cliente con la compra online sea lo más satisfactoria posible.
A día de hoy, para las tiendas online es fundamental contar con un buen partner que les ayude con el fulfillment, porque la mejor forma de marcar la diferencia y fidelizar a la clientela es ofrecer una entrega rápida y de calidad. De hecho, el tiempo de entrega es ya uno de los factores principales que influyen en la decisión de compra cuando un consumidor realiza una compra en un e-commerce.
Cómo funcionan los almacenes para e-commerce
El proceso, que se inicia con la recepción del pedido de compra y finaliza con la salida de ese mismo pedido de las instalaciones de almacenamiento, ha sido diseñado y se controla al detalle, para asegurar que nada falle y que todos los pasos se lleven a cabo con la máxima eficacia posible.
Las tareas que se realizan en estas instalaciones podemos agruparlas de la siguiente manera:
Recepción de mercancías
El almacén se encarga de recibir los productos directamente de los proveedores o fabricantes. Tras la recepción, se verifican y se registran en el sistema para hacer una correcta gestión del inventario.
Almacenamiento
Esos productos se organizan en estanterías o racks, de la forma que resulte más eficiente. Para determinar la ubicación y poder preparar luego los pedidos de forma más rápida, se tienen en cuenta el tamaño, el peso y la rotación a la hora de buscar un lugar para almacenarlos.
Gestión del inventario
En todo momento se lleva un registro actualizado de los artículos y la cantidad de los mismos que están disponibles en el almacén. A día de hoy, esto se lleva a cabo con tecnología, mediante procesos manuales o automatizados.
Preparación de pedidos
Cuando un cliente hace una compra en la tienda online, la orden de compra llega al almacén e-commerce. Se seleccionan entonces los artículos necesarios y se preparan para su envío.
Envío
Una vez que el pedido está listo, se pone en manos de los servicios de mensajería o de transporte para su entrega al cliente.
Gestión de devoluciones
El almacén también ofrece servicios de logística inversa, encargándose de los productos devueltos. Cuando estos regresan a las instalaciones son inspeccionados y, si están en buenas condiciones, se reintegran al inventario.
Actividades básicas de almacén en las que debes centrarte para mejorar
Si tienes una tienda online, eres consciente de que la gestión del stock es una de las partes más importantes de tu trabajo. Debes asegurarte de la mercancía con la que cuentas y de que esté en buenas condiciones. Además, es imprescindible que sepas siempre dónde está cada cosa si quieres preparar los pedidos de forma rápida.
Para mejorar tu servicio logístico, hay varios aspectos que debes tener presentes y en los que puedes hacer algunos ajustes.
Recepción y almacenaje
Cuando compras productos del fabricante o proveedor, estos pueden llegarte en formatos muy diferentes. Quizá incluso lleguen de forma desordenada, en cajas llenas de artículos diferentes entre sí.
Por tanto, no sirve eso de guardar la caja y ya está. Es importante abrir cada paquete recibido, seleccionar y ordenar la mercancía, buscando el mejor lugar de almacenamiento para cada producto, teniendo en cuenta desde su tamaño y las condiciones específicas de almacenamiento que pueda requerir hasta el nivel de rotación.
Control de la calidad
A medida que revisas los productos y les vas dando ubicación, tienes que aprovechar para revisar la calidad de los mismos. Asegúrate de que todos están en perfectas condiciones para ser puestos a la venta.
Este control de calidad también deberías llevarlo a cabo al recibir productos procedentes de devoluciones realizadas por tus clientes.
Integración en el sistema
La tecnología está aquí para ayudarte. Utilízala para gestionar el stock y así sabrás siempre qué productos están disponibles, cuáles se han agotado definitivamente y cuáles debes reponer.
Preparación y envío
Cuando llega un pedido, asegúrate de hacer la preparación lo antes posible. Busca un packaging adecuado para el artículo y procura personalizarlo para mejorar la experiencia del cliente. Por último, deja el paquete en manos del servicio de paquetería o transporte para que lo entregue en su destino.
¿Tienes tiempo para hacer todo este proceso con la máxima dedicación? Es posible que no, porque gestionar un e-commerce implica asumir muchas tareas. Por eso, lo ideal es contar con un partner de calidad cuando se trata de contar con un buen servicio de almacén e-commerce.
En Looper nos encargamos de todo para que tanto tu experiencia como la de tus clientes sea lo más satisfactoria posible. Contacta con Looper Logística y descubre cómo podemos ayudarte a llevar tu negocio un paso más allá.